Es triste como personas manipulan emocionalmente a otras, sin pensar en la salud mental del otro, como se comportan de cierta manera para obtener lo que desean, como se crea todo un espejismo y fantasías para obtener intereses personales, el juego de la manipulación emocional que solo termina en decepciones, perdida de la confianza, la identidad y verdades subjetivas de lo que realmente es relacionarnos como personas, ser genuinos y espontáneos. Manipular emocionalmente a otros puede servir para obtener lo que deseas, pero son resultados que no terminan bien, que han sido fundamentados sobre la superficialidad, la mentira, lo efímero, la subjetividad y la fantasía, resultados que solo nos generan problemas a largo plazo, que crea nuestra vida con base en mentiras, vivir y tener cosas o realidades que realmente no deseamos, que roban la paz, tranquilidad o el bienestar de los que están involucrados. Mantener nuestra salud mental como prioridad requiere muchas veces tener el carácter para no permitir ciertas cosas o personas en nuestra vida, tener claro lo que deseamos en ella, no intercambiar su valor por nada, tener la capacidad de evaluar y reflexionar sobre las situaciones y decisiones que estamos viviendo o a punto de vivir, así como saber si necesitamos fortalecer nuestra autoestima, inteligencia emocional, valor personal, si lo que permitimos en nuestra vida es producto de heridas emocionales del pasado, tener la capacidad de identificar la manipulación emocional y no caer en ella, sabiendo lo que valemos y lo que somos, tenemos claro nuestros principios y valores, para mantenernos fuertes y no intercambiar nuestra paz e identidad por complacer o encajar con otros que solo buscan satisfacer sus propios deseos, alimentar su ego, orgullo o satisfacer sus propias necesidades físicas o emocionales.