Nuestra mente humana quiere llenar a Dios de argumentos, quiere llenarse de las pruebas que lo demuestran, quieren tener el concepto de Dios como algo escrito en una roca que no se modifica, que no se mueve, quiere buscar la forma de probarlo o entender su magnificencia. Los fieles con mente religiosa quieren que Dios actué como ellos ven a Dios y se niegan a todo lo demás, si no cumple con su condicionamiento de lo que Dios es para ellos, entonces no es aceptado, tenemos un Dios vivo quien es el único que decide, que actúa de maneras inexplicables. Nosotros los humanos tendemos a representar en algo concreto todo lo que conocemos para poder entenderlo, así queremos buscar la forma de representar a Dios en una percepción mental que podamos entender y ser encapsulado en nuestra mente, limitamos a Dios en una gráfica finita, cuando el mismo va más allá de nuestra comprensión y entendimiento a su forma de actuar, otra cuestión es que los humanos también tendemos a seguir y venerar a algo o alguien con cuál sentimos afinidad o nos identificamos, por el único hecho de ser validado, es una conducta muy común y efímera.