fecha: 2024-09-02

La palabra nos forja.

Crecer como personas.

Crecer es reconocer que fallamos, caemos, erramos, nos equivocamos, necesitamos estar avivando la llama de nuestra conexión infinita, ser manso y libre de orgullo y autosuficiencia, abrir nuestra mente y cambiar nuestro pensamiento, buscando la fuerza que nos direcciona a permanecer.
Crecer duele, es incómodo, es sacrificio puro, pero no hay obstáculo que la voluntad humana y la fe pueda parar.
La palabra de Dios forja a los hombres en el entendimiento, la justicia, la prudencia, la libertad y el carácter, entre innumerables cosas más. Más todo aquel no puede ser hacedor de la fuente donde todo fluye porque injusto es ante la justicia.
La palabra de Dios forja a los hombres, día tras día, piedra tras piedra, es como cuando alguien empieza a construir una casa colocando piedras, pasando tiempo en los cimientos, planeando, reconstruyendo, y de ahí depende que tan alta y fuerte la casa es.
Hay momentos en los que estás solo, en silencio, puedes levantar la voz y aun así callas, atrás de todo, hasta pareces triste, pero estás dejando que Dios te moldee, porque vendrán esos días para liderar, para hablar con firmeza y sabiduría, para estar al frente, para levantarte.