No pensamos en los demás, pero queremos que los demás hagan cosas por nosotros, cuando muchas veces esas cosas son consecuencia de nuestra irresponsabilidad y falta de ser una persona más diligente, queremos que la otra persona nos corra, alterar sus ocupaciones, queremos alterar su horario, moverlo hacia otras cosas por falta de nuestra responsabilidad, y aunque esta persona en su aptitud de servir pudiera hacerlo, somos nosotros los que estamos mal. Muchas personas colocan a otras hacer sus cosas por consecuencia de no asegurarse de administrar bien su tiempo y ser diligentes en lo que les corresponde, y si las demás personas no seden ayudarnos en nuestras irresponsabilidades diarias, entonces las catalogamos de malas personas. No está mal servir, ayudar, pero es que hay personas que se acostumbraron a eso, hay perdonas que se acostumbraron a los demás, así que no se responsabilizan de sus cosas, no son diligentes con su vida porque se acostumbraron a que alguien más las haga por él, y ahora lo exigen, las cosas que son sus responsabilidades ahora tienen que ser la responsabilidad de alguien más. Sea diligente cuando usted necesite hacer algo, piense en lo que usted va a necesitar para una tarea, piense en como su irresponsabilidad puede afectar a otro, piense que por ahorrarse usted, puede que alguien innecesariamente tiene que trabajar más, cargar más peso, piense que por usted querer todo ya, alguien tienen que correr y puede tener un accidente. Piense que por usted ahorrarse volumen alguien tienen que cargar más peso, alguien pede ser afectado en su salud, piense que por alguien esperarlo, ese alguien ahora tiene menos tiempo para almorzar, piense que la otra persona también tiene planes para su tiempo; es una falta de respeto tomarse el tiempo y las actividades de los demás, sin consentimiento. Es que algunos les fascina hacerse con la vida y el tiempo de los demás, no está mal servir, ayudar al otro, el problema como dije es aquellas personas que se acostumbran y lo tienen por costumbre, y además lo exigen, les gusta ser servidos pero no servir. Muchos de los problemas de las personas que no tienen diligencia con su vida, son cosas tan sencillas, pero es que no tenemos una cultura de planificación, de tomarnos el tiempo de pensar, sino que actuamos reactivamente en el día a día, actuamos sin pensar en lo que necesitamos hacer, mucho menos en el otro, cosas tan sencillas que no tenemos en cuenta, hábitos tan sencillos que resuelven tanto, más atención, un pequeño tiempo de pensar, ordenar, organizar, hacer una llamada directa, preguntar antes de, asegurarse de algo, planificar las actividades y el tiempo, averiguar más etc., nos complicamos la vida y se la complicamos a los demás. La negligencia es la incapacidad de hacernos responsables de nuestras propias cosas; piense en el otro, sea prudente, considere las ocupaciones de los demás, piense que tiene vida, que tiene familia, piense que también es frágil, que también es humano, piense en su salud y su integridad, pregunte primero, sea diligente, prográmese, organícese, actúe de la mejor manera posible con sus tareas, sea agradecido, respete y comprenda cuando el otro no puede.