Este es un tema del que se habla poco, lo cierto es que en nuestra juventud contamos con una gran energía sexual, deseo de atracción física y emocional hacia otra persona, algunos más que otros, entender esto es importante, ya que si no tenemos una formación correcta podremos estar siendo guiados por un deseo descontrolado en la expresión de actos sexuales, que el acto sexual es algo normal siempre y cuando este bajo la condiciones correctas de unión, edad, responsabilidad y compromiso, de lo contrario puede convertirse en la puerta que complique nuestra existencia, algunos ejemplos pueden ser embarazos no deseados y a edades en donde no estamos capacitados, enfermedades de transmisión sexual o la incapacidad de tomar con seriedad una relación por la insensibilidad de un hábito promiscuo. Esta energía puede volverse un gran combustible que puede mover nuestra conducta, así que la manera óptima de aprovechar esta energía es llevarlo en la expresión de actividades físicas deportivas, artísticas, etc. transformarla en un impulso constructivo en nuestra vida, canalizar esta energía en actividades que nos ayudan a crecer como personas, que tienen nuestra mente ocupada en alcanzar metas y de desarrollar la vida que deseamos vivir.