Los canadienses no tienen nada que envidiar a los Estados Unidos, más allá de Estados Unidos ser un país absurdamente rico, sin entrar a detalle que la riqueza está reflejada en el estado, más que en la inversión social, en otras palabras lo que garantiza Estados Unidos es que usted pueda hacer dinero, más no que tenga usted el mejor acceso a cubertura social, así de sencillo. Dicen que pagarían menos impuestos, pero para una menor calidad de vida, es preferible pagar más impuesto, pero que el buen uso del estado garantice una mejor calidad de vida. Los canadienses son como los europeos, confían mucho más en el buen uso del estado, y se esfuerzan en el poder de elegir bien, que en las corporaciones, lo que en Estados Unidos es al revés, la gente confía mucho más en las grandes empresas que le brindan servicios que el gobierno, pero vemos como estas empresas se han hecho algo de poder e influencia en la política, por eso vemos como se citan al congreso en audiencias, pero pasa nada, el lobby es fuerte. Vemos estos tres modelos en cuanto a los servicios como el europeo donde la gente se esfuerza, confía en que el estado garantice y brinde cobertura, por eso escuchamos en varios ocasiones como la unión europea sanciona a grandes empresas. El estado unidense donde las grandes cooperaciones se han hecho el poder de los sectores e influyen en la política, la cual los ha blindado y les brinda ciertos privilegios. El chino donde el estado toma el derecho de asegurar, pero imponiendo y sin cuestión alguna lo que desea y quiere para las personas como para las corporaciones, allá es como decir que el gobierno piensa que es así, sin mesura. En América latina es bipolar, ni siquiera tiene una política internacional definida, menos una política interna direccionada, aquí lo que se le ocurra y sienta el gobernante de turno eso es, no es como los países desarrollados que tienen una postura y una dirección política definida, por eso cuando Donald Trump sale a hacer lo que quiere causa tanto revuelo en la política estado unidense, ellos están acostumbrados a seguir una dirección, una política internacional definida no importa el presidente, son los intereses de la nación, por eso el secretario de estado tiene que salir a defender y tratar de mediar esa política internacional para cuidar los intereses del país.