Hemos escuchado muchas veces emprendedores que nos dicen que lo más importante es la mentalidad y uno piensa, pero cuál es esa mentalidad. Lo que muchos no nos dejan claro es que cuando emprendemos nos enfrentamos a situaciones que nos llevan actuar de una manera u otra y las decisiones que tomamos se ven influenciadas por la manera en que fuimos criados o experiencias que tuvimos en nuestra edad temprana. Si de niño no nos sentimos apoyados pues el adulto tendrá dificultad para iniciar algún proyecto, si de niño no sentimos reconocimiento, sentiremos de adulto desconfianza, si en nuestra casa hubo escasez entonces de adulto sentiremos miedo de perder lo poco que hayamos logrado, miedo a tomar riesgos, si fuimos castigados por equivocarnos entonces no podremos tolerar el fracaso o la equivocación, si fuimos humillados sentirá miedo, miedo al rechazo, a la crítica, al riesgo, a lo que diga la gente, sentirá desconfianza, que no puede, que no es para él, cualquier cosa hará que quiera morirse. Todo esto serán impedimentos en la capacidad para superar barreras, situaciones y tomar decisiones importantes en el camino del emprender. Por eso creo que el cambiar de mentalidad es sanar para preparar nuestra verdadera capacidad de superar obstáculos, avanzar, tomar acción, esforzarse y tomar el control. Sanar para abrir el potencial es entender que lo que pudo haber pasado, no es tu culpa y no debes cargar con ello en tu pensamiento, re aprender una mentalidad nueva, piensa en las cosas que mereces más que materiales son la cosas valiosas, una vida feliz, de paz, de amor, de lograr las cosas que te propones, de libertad física y emocional. Tampoco te aferres en buscar los culpables para señalar, recuerda que el pasado esta atrás y donde quieres llegar esta hacia adelante.